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Acólito del Obispo San Justo y patrono de los acólitos y servidores del altar. Murió el año Año 390. Ya anciano, el Obispo se dedicó a prepararle para el sacerdocio y le explicaba técnicas para dar bien las catequesis. Joven bueno y luego acólito humilde y caritativo, quedó al cuidado de la Iglesia de Lyon cuando San Justo marchó para hacer oración y penitencia entre los monjes de Egipto.
Viator se unió luego a su Obispo y ambos llegaron a un monasterio, a cuyas puertas estuvieron siete días pidiendo el poder ingresar para orar y hacer penitencia. Luego Justo se dedicó a tejer canastas y Viator a copiar con hermosa letra ejemplares de Libros Sagrados para que leyeran los monjes.
Descubiertos pasados algunos años, fueron objeto de admiración para los monjes. Pero al poco tiempo San Justo murió. Era Diciembre del año 390, anunciando a su compañero un pronto reencuentro. Viator le siguió a los siete días, según le había anunciado su maestro. La devoción a ambos se extendió por Lyon y por el Sur de Francia.
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